La energía mueve al mundo. Verdad de Perogrullo, que a veces se ignora sin tener en cuenta su impacto en la competitividad de las naciones y la calidad de vida de la población. La baja capacidad en generación de energía y la dependencia de pocas fuentes de suministro es lo que ocurre en el Pacífico colombiano.

Situación aún más dramática debido a que, pese a su riqueza hídrica, no ha tenido posibilidad de generación hidráulica, y menos aún de gas y otros combustibles, al carecer de yacimientos de esta índole. Por eso es fundamental, si se quiere dar un salto al desarrollo en el Pacífico, que cuente con diversas fuentes energéticas.

El desarrollo de alternativas como el etanol, del cual se producen en el país 419 millones de litros anuales, y cuya mezcla con gasolina acaba de subir por decreto del 8 al 10 por ciento; la cogeneración a partir del bagazo de caña, cuya capacidad asciende a 253 MW; y la granja de energía solar construida por Epsa en Yumbo, que generará el equivalente al consumo de 8 mil hogares, van en el sentido correcto.

Igualmente, siendo que la energía más costosa es la que no se tiene, es positivo que el Ministerio de Minas haya decidido poner en marcha adicionalmente el proyecto de planta regasificadora del Pacífico, como una respuesta a la escasez crónica de energía en el Pacífico. Y diseñar desde ya una solución a la proyectada disminución de las reservas nacionales de gas, hacia el 2024, evitando incalculables perjuicios para el desarrollo del país, ya que incrementará la confiabilidad en el suministro de gas, permitirá contar con mayores fuentes de energía limpia y abastecer el centro y el suroccidente.

Especialmente a Buenaventura, principal puerto colombiano, que requiere garantías de suministro de energía las 24 horas del día, los siete días de la semana, para atraer inversión, ser un nodo empresarial y logístico, y mejorar sus indicadores sociales y económicos. El asunto de fondo sobre el que invito a reflexionar es el país que se quiere construir, que promueva de manera integral, equilibrada y sostenible el desarrollo de todas sus regiones. Por su puesto, deben ser analizados el costo para los consumidores finales y el del transporte, que son preocupaciones legítimas.

El Pacífico colombiano es un extenso litoral de 83.170 km cuadrados, epicentro de una dolorosa paradoja: una región rica en recursos naturales, mineros, hidrológicos, forestales y en ventajas comparativas por su ubicación geoestratégica, pero con extensas zonas que se clasifican dentro de las más pobres de Colombia. Para el desarrollo del Pacífico se requiere pensamiento de clase mundial que permita concretar acciones que garanticen su eficiencia competitiva. La planta regasificadora es un paso en ese sentido porque permitiría, incluso, generar energía a través de una térmica in situ, que abastezca al sistema energético nacional.

La firma de TLC con economías más sofisticadas, así como el posible ingreso a la Ocde, imponen el reto a los empresarios de transformarse para resultar ganadores en el comercio global. Es necesario brindarles una plataforma competitiva con el fin de que puedan ser más eficientes y adoptar una nueva visión de desarrollo, que impulse la competitividad de todas las regiones del país.