En medio del reñido debate electoral que vivió el país, no se generó suficiente espacio para la discusión a fondo de las acciones necesarias para incrementar la eficiencia competitiva de las regiones.

Un asunto crucial que, sin embargo, para algunos sigue siendo ajeno, como si estuviese escrito en ‘japonés corrido’. Se espera que a partir del primero de enero, los nuevos gobernantes implementen acciones concretas que contribuyan a construir la eficiencia competitiva y una visión estratégica de desarrollo.

Se requieren planes concretos que generen condiciones propicias para impulsar empresas de clase mundial, fomentar e invertir en innovación de procesos, productos y mercados, catapultar el capital humano, promover la formalización, fortalecer la diversificación de sectores productivos, aprovechar el mercado externo y maximizar el interno, y robustecer las herramientas de información económica y empresarial para la toma de decisiones en materia de políticas públicas, negocios y la lucha contra la corrupción.

El tema de la innovación estuvo ausente del debate electoral, pese a que en momentos de cambio de ciclo de la actividad económica se requiere sembrar el desarrollo a través de nuevas vocaciones y alcanzar mayor eficiencia en lo que se hace.

Es lamentable aún se sienta ajeno y se perciba como un asunto ‘sofisticado’ o de ‘expertos’, cuando es del día a día y debe estar en el chip de todos los colombianos. Incluso en la formación de los jóvenes, no es reproduciendo la manera de hacer ya ‘desuetas’ como vamos a generar cultura de la innovación. No por nada el país solo alcanza el lugar 67 entre 141 naciones en el Índice Global de Innovación.

Otro tema ausente fue el de las regalías, ya que es fundamental analizar el uso que se ha hecho de esta fuente de recursos y su alineación con las apuestas productivas priorizadas en los planes regionales de competitividad que han construido los 32 departamentos, y también cuál va a ser la orientación de estos recursos en el futuro.

Un estudio realizado por Confecámaras estableció que solo el 45 por ciento de los proyectos aprobados por el Sistema General de Regalías en los sectores agrícola, comercio, industria y turismo, y ciencia, tecnología e innovación tienen un alto grado de alineación con las apuestas productivas priorizadas en las regiones. En innovación está alineación solo alcanza el 25 por ciento. Faltan por aprobar alrededor de 6 billones de pesos de regalías, cuyo calce con dichas iniciativas servirá para promover los ramos productivos de mejor retorno para el desarrollo regional.

Ojalá los candidatos ganadores y sus equipos de trabajo se sienten a formular planes de trabajo sobre estos y otros temas esenciales para el desarrollo de ciudades y departamentos, tomando en cuenta el trabajo que las Comisiones Regionales de Competitividad han realizado, y que en muchas zonas cuentan con resultados importantes. Es fundamental construir sobre los logros obtenidos y darles un mayor alcance a través de acciones concretas, transversales y de largo plazo.

Es de esperar que la alianza público privada por la competitividad del país se profundice y fortalezca. Competitividad y desarrollo empresarial son sinónimos, y en la medida en que sea visto de esta manera, el sector privado se involucrará más y exigirá un mayor liderazgo político para su impulso.

Julián Domínguez Rivera
Presidente de Confecámaras