Gustavo Andrés Trochez, es un emprendedor del departamento del Cauca, líder de Café Florencia 1984, empresa familiar ubicada en Santander de Quilichao, que produce un café especial que desde hace seis años exporta a varios países y que se ha posicionado como uno de los mejores del país.

Es un convencido de que crear empresa es la mejor manera de aportar al progreso, no solo de su microempresa sino de quienes impulsa con su vocación, incluidas comunidades indígenas. Su labor fue reconocida por la Cámara de Comercio del Cauca por su liderazgo en el desarrollo de cadenas de valor en la producción de este café que cuenta con altos estándares de calidad, desde la semilla hasta la taza, como señalan los expertos.

Gustavo es un ejemplo de la dedicación con la que más de 93 mil familias del Cauca están hoy dedicadas al cultivo del café, en 33 municipios del departamento llegando a 80 países, entre ellos Canadá.

Es otra cara de esa querida región de Colombia, que hoy figura en los titulares por padecer una situación crítica de orden público, pero que también debe ser resaltada por la fuerza con la que empresarios de todos los tamaños y líderes de diversas instituciones trabajan sin descanso por generar oportunidades y bienestar social.

Su historia, así como la de otros emprendedores del Cauca como la líder indígena Viviana Tombé, de la empresa Tsatsoya Turismo de Silvia; Karen Gómez, gerente de Appsus, empresa de consultoría en TI y soluciones de software; y Robinson Caicedo, director de la agencia de turismo comunitario Guapi Tours, las conocimos en el marco del Encuentro Nacional de Cámaras de Comercio, espacio de transferencia de buenas prácticas que realizamos en días pasados en Popayán, en un fuerte y unido respaldo al Cauca y a su gente de los líderes de estas importantes instituciones que impulsan el crecimiento empresarial y que son el mejor ejemplo de alianza público privada.

Estuvimos en la denominada ‘Ciudad Blanca’ para enviar un mensaje de nuestro compromiso y solidaridad con un Cauca que, pese a los problemas de orden público que se registran, es fuerte y resiliente.

Estamos convencidos de que la seguridad es un bastión para la democracia y el desarrollo de nuestro país. No existe mayor riesgo para la vida, la convivencia armónica, el crecimiento y el bienestar social que una nación sitiada por la delincuencia. Nuestro llamado es que se enfrente con urgencia la cada vez más crítica problemática de inseguridad que padecen las regiones, con estrategias eficaces e integradas que involucren a los sectores público y privado, con foco en el respeto por la vida y los bienes de sus habitantes, así como la protección de las actividades de pequeños y grandes productores y comerciantes.

Porque como lo expresé en el comunicado final de nuestro Encuentro en Popayán, denominado ‘El legado del Cauca’, los empresarios son un potente motor que impulsa el desarrollo y garantizar su seguridad y la de toda la población, es aportar a una urgente reactivación de la economía nacional y al futuro de una admirada región colombiana.