Gobierno Corporativo

 

Iniciativa Inversión Responsable en el Posconflicto

Guía de Inversión Responsable en Zonas de Posconflicto

  • Guía posconflictoEsfuerzo conjunto con el Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE), el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP) y Jaime Arteaga y Asociados (JA&A).
  • Consulte la Guía dando clic aquí.

La iniciativa promovió un diálogo desde las regiones que se encuentran transitando de una situación de violencia e inseguridad hacia un escenario de mayores oportunidades, con el objetivo de desarrollar estándares que orienten de manera temprana las decisiones de inversión tomadas por juntas directivas en dichas zonas.

Por tal motivo, en el marco de la iniciativa se invitó a dialogar a empresarios, representantes de la sociedad civil, la academia y gobiernos regionales para permitir la comprensión de la perspectiva del empresariado local y articular adecuadamente los mercados, generar capacidades y promover un desarrollo sostenible.

Los resultados de estas conversaciones fueron publicados en la Guía de Inversión Responsable en Zonas de Posconflicto. Perspectiva para Juntas Directivas 2017, la cual tiene como propósito visibilizar aspectos relevantes al momento de aprobar inversiones en aquellas zonas que han sido más afectadas por el conflicto.

De esta manera, las juntas directivas podrán asegurar que, además de enfocarse en los retornos financieros a la inversión, las empresas hagan la debida diligencia, preparen sus esquemas productivos y de inversión para encadenarse con las capacidades locales y, en particular, ejerzan como buenos ciudadanos corporativos, comprometidos con la creación de contextos de desarrollo sostenibles en el largo plazo.

 

Guía para Fortalecer la Inversión Empresarial en Zonas de Posconflicto

Carátula Guía N.2La segunda herramienta es la Guía Empresarial para Fortalecer la Inversión en Zonas de Posconflicto – Ciudadanía Corporativa y Desarrollo Integral que habla directamente a los empresarios que ya están en estas zonas sugiriéndoles prácticas de operación en 7 aspectos: i) ética empresarial, ii) desarrollo local incluyente, iii) proveeduría local, iv) respeto a los derechos humanos, v) cuidado al medio ambiente, vi) prácticas laborales responsables e vii) innovación social. 

Nuestro país tiene el reto de generar desarrollo en extensas zonas de su territorio, en donde además de incrementar la presencia estatal y mejorar las condiciones de seguiridad, es fundamental la participación de la inversión privada con mejores estándares, para asegurar territorios prósperos, participativos y amables. Por ello, en este periodo, las empresas han de evaluar sus prácticas gerenciales, de manera que puedan ejercer la ciudadanía corporativa. 

El concepto de ciudadanía corporativa tiene cada día un mayor protagonismo en el mundo de los negocios. Más allá del enfoque tradicional de responsabilidad social, propone que las empresas gestionen integralmente el desempeño económico, social y ambiental de sus activivdades, siendo catalizadoras positivas del aumento del crecimiento, la generación de bienestar de los grupos de interés y la protección de los recursos naturales.

Las empresas que practican la ciudadanía corporativa orientan funciones directivas y decisiones éticas a la generación de un nuevo concepto de los negocios que agrega valor en corto plazo, incluido el fortalecimiento de la reputación empresarial.

Este ejercicio exige incorporar a la planificación estratégica de las compañías (políticas, iniciativas y acciones institucionales) el propósito de contribuir a la sociedad en la que operan y a la solución de las problemáticas que puedan existir, sobre todo en entornos pocos desarrollados.

 

 

 

 

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